La profesionalización de la hostelería es una asignatura aún pendiente en España. Los esfuerzos por profesionalizar un país tan turístico como es el nuestro se quedan cortos si tenemos en cuenta lo que el turismo representa. De hecho, choca, y mucho, que el segundo país más visitado del mundo, tan sólo por detrás de Francia, haga tan poco por fomentar la formación de sus futuros profesionales.
Hoy en Manageat, tus expertos profesionales en gestión gastronómica, analizamos la situación por la que está pasando la hostelería y la necesidad que existe de profesionalizar sus servicios. Pues consideramos que ésta es una de las mejores bazas que tenemos para potenciar un sector tan delicado como el nuestro, desde la perspectiva de la calidad y no desde la guerra por la supervivencia.
Dificultades por las que está pasando el sector
El sector del turismo y la hostelería es uno de los más sensibles a cualquier crisis que pueda acaecer en un lugar. No en vano, cada vez que hay una, sea del tipo que sea, nuestro sector es de los primeros en sufrir las consecuencias. Como ejemplo, la última crisis sanitaria a la que nos enfrentamos, de la que poco nos acordamos ya, supuso la desaparición de un gran número de negocios gastronómicos. Pero también el punto de inflexión para que muchos profesionales de la hostelería dieran un giro a su carrera y optaran por otros sectores.
Aparte, las medidas que trae consigo la reforma laboral parece que no están siendo suficientes. Al menos en nuestro sector, y desde el punto de vista de incentivar a los potenciales trabajadores a trabajar y a los empresarios a contratar. Si a esto le sumamos las condiciones del convenio de hostelería, pues apaga y vámonos.
Y es que, por un lado, los salarios no son muy altos y, por otro, los costes salariales sí que lo son. Consecuencia ésta de que el sector no goce de la profesionalización que debiera. Y de que ni empresarios ni trabajadores valoren lo suficiente un oficio tan digno como puede ser el de camarero o el de cocinero, entre otros.
Por supuesto, ni podemos ni queremos generalizar. Pero a pesar de todo, siguen faltando camareros en un país en el que, como el nuestro, la hostelería y el turismo son motores económicos imprescindibles. ¿Salarios bajos?, ¿condiciones poco atractivas?, ¿falta de conciliación?, ¿oficios poco valorados? O más bien un compendio de todo. Interesante esta noticia de El Economista sobre la ausencia de mano de obra en el sector.
Retos a los que debe enfrentarse la hostelería
Hasta hace poco la estacionalización era uno de los principales retos que el sector debía afrontar para mejorar su situación. La falta de profesionalización de la hostelería no era tan latente puesto que la mano de obra no solía escasear. Tras la última crisis sanitaria y económica, parece que el sector del ocio y el turismo en general se han recuperado. Pero quizá no del todo. Porque no hay mano de obra y sí una alta rotación de personal, algo poco aconsejable y menos esperanzador. Así, los retos que la hostelería ha de superar no son nada desdeñables.
Dado que el tejido empresarial español está compuesto casi en su totalidad por pymes y micropymes (éstas últimas representan el 94% antes de la pandemia), es evidente las dificultades que muchos empresarios enfrentan a diario para mantener sus negocios a flote. Si antes había una crisis, ahora nos encontramos con una subida de precios en los alimentos que parece interminable. Solicitar un aumento de sueldo para estos empresarios podría ser inviable e incluso contraproducente. Sin embargo, unas condiciones laborales inadecuadas pueden llevar a muchas familias a situaciones incómodas, y a una alta rotación de personal en el sector.
Una potenciación de la profesionalización en el sector de la hostelería implica una apuesta decidida por la formación tanto en instituciones educativas privadas como públicas. Además, es crucial incentivar a los empresarios para que implementen programas de formación continua en sus negocios. Estas medidas contribuirían a fortalecer un sector que priorice la excelencia del servicio por encima de la competencia de precios, garantizando así una experiencia de calidad para los clientes y una mayor competitividad a largo plazo.
Beneficios de la profesionalización de la hostelería
Son indudables las virtudes de la formación y, en un espectro más amplio, las de la profesionalización de la hostelería.
A nivel individual para los trabajadores, la profesionalización del sector a través de adecuados programas de formación trae muchas ventajas entre las que contamos:
- Mejora de la autoestima
- Aumento de la motivación
- Más implicación del trabajador en la empresa
- Mayor fidelización del empleado
Por su parte, la empresa también podrá gozar de numerosos beneficios tales como:
- Aumento de la productividad
- Mejora de la calidad en los servicios
- Disminución de la rotación de los empleados
- Mayor fidelización del cliente
- Incremento de las ventas
Y a nivel general del sector de la hostelería, estas ventajas podrían resumirse en las siguientes:
- Fortalecimiento del sector
- Incremento de la competitividad con respecto a otros mercados
- Oferta de calidad frente a precios bajos
- Mejora de la imagen de nuestro destino
- Mayor capacidad de respuesta frente a crisis e imprevistos
- Reducción de la tasa de rotación y de desempleo en el sector
Para profundizar sobre el tema específico de la formación, os dejamos aquí información más detallada en nuestro artículo sobre las razones para apostar por la formación en hostelería. Y es que la formación es, sin duda, un elemento clave para alcanzar la profesionalización. Pero también serán necesarias otras medidas que pasan irremediablemente por la revisión de los convenios vigentes y el diálogo con todas las partes implicadas.
Los beneficios de alcanzar una verdadera profesionalización de la hostelería son innumerables. Y la urgencia de conseguir dicha profesionalización no se puede obviar. Ya es hora de que pongamos nuestros esfuerzos y nuestro empeño en cuidar y darle el reconocimiento que se merece a un mundo tan maravilloso como es el de la gastronomía. Un sector que tanto ha significado para la economía de un país y para el ocio y distensión de sus habitantes tendría que gozar de una mejor consideración.