Si estás pensando en montar un restaurante monoproducto, quizá debas tener presentes algunas consideraciones antes de dar el primer paso. Este modelo de negocio ha ido ganando adeptos en los últimos años, tanto por parte del cliente como por la del empresario. Son principalmente las grandes urbes y aquellos lugares cosmopolitas con un melting pot considerable los que suelen garantizar el éxito de estos negocios gastronómicos basados en un único producto central. Lo que no quiere decir que en aquellos entornos menos urbanos y más tradicionales, el restaurante monoproducto no vaya a funcionar. Existen muchos más factores que pueden ser determinantes; enseguida los vamos a ver.
Hoy en Manageat, siempre acompañándote en la gestión de tu negocio gastronómico, vamos a contarte lo que tienes que saber, lo que debes sopesar y lo que no puedes olvidar antes de decidirte a montar un restaurante monoproducto. Porque son muchas las cosas que hay que tener en cuenta antes de lanzarte a la aventura del monoproducto, si pretendes asegurarte el éxito a medio y largo plazo. Toma nota.
¿Qué es un restaurante monoproducto?
No podemos empezar a enumerar nuestras consideraciones sin antes contarte lo que es un restaurante monoproducto. Aunque no esté contemplado como una categoría de negocio gastronómico en sí mismo, este modelo tan peculiar parece haberse inspirado, en un primer momento, en los fast food más clásicos, que a su vez también suelen ser, en un alto porcentaje, restaurantes de producto único.
Sin embargo, el concepto de monoproducto ha evolucionado hasta englobar otro tipo de categorías de restaurantes distintos a los de comida rápida, que es el primero que se nos viene a la mente. Los fast casual (restaurantes de comida rápida verdadera o pretendidamente más saludables, no entramos en este debate) son un claro ejemplo. Pero los locales más tradicionales tampoco han sabido resistirse al producto único. Así, por ejemplo, en territorio nacional encontramos restaurantes que tienen la tortilla de patatas, el aguacate, las aves, las croquetas o incluso las conservas de pescado como ingrediente estrella o elemento central (más que único) de todos sus platos.
En resumen, podemos afirmar que un negocio de este tipo puede diferir mucho según el producto en el que se base. No será lo mismo montar un restaurante monoproducto de hamburguesas o sushi que uno en el que el ingrediente o alimento central sea el pescado. Hé aquí un pequeño dilema taxonómico: a un restaurante que solo sirve platos de ave lo podemos considerar monoproducto. Pero a uno que únicamente ofrezca vegetales, ¿lo consideramos también monoproducto o simplemente vegano? Si quieres ver algunos ejemplos de restaurantes monoproducto por el mundo, aquí te dejamos este interesante artículo de Lovefood.com.
¿Por qué están tan de moda los restaurantes monoproducto?
La respuesta a esta pregunta parece estar más bien en la incesante búsqueda por parte del cliente de nuevas experiencias, lo que propicia la aparición de nuevos modelos de negocio tan variados como podamos imaginar. Y es que montar un restaurante monoproducto tiene sus ventajas, y no pocas. Veamos.
Ventajas de los restaurantes monoproducto
- Mercado propicio en los entornos urbanos. Podríamos decir que uno de los factores determinantes para el éxito de estos restaurantes es su ubicación. Cuanto mayor sea la ciudad más probable será su supervivencia. Porque en las grandes urbes, el mercado está casi siempre asegurado para cualquier tipo de negocio. Al menos en el corto plazo y por supuesto, dependiendo de otros aspectos axiales como son la calidad del producto, el servicio y el precio.
- Mayor facilidad en las operaciones. Es obvio que montar un restaurante monoproducto tiene una ventaja clarísima. Y es que al dedicarse a un solo elemento central, las operaciones se van a ver reducidas y simplificadas de una manera notable. El almacenaje, los proveedores, la preparación en cocina, etc. Por ejemplo, si pensamos en la rapidez del servicio, en estos casos podrá ser destacable ya que al haber menos ingredientes, la comida se puede tener, en mayor o menor medida, preparada con cierta antelación.
- Es más fácil que el cliente salga satisfecho. Porque, entre otras cosas, ya va predispuesto a comer algo que a priori le gusta. Seguramente, tampoco se lleve muchas sorpresas cuando consulte la carta.
- Menor amplitud de precios, lo que para el cliente puede ser igualmente un factor ventajoso de cara a su satisfacción. Pues sabrá calcular con más exactitud lo que va a gastar en nuestro local y se evitará así sorpresas poco agradables a la hora de pedir la cuenta.
- Se reduce el desperdicio de comida. Lo habitual es que se manejen menos ingredientes. Y que nuestros clientes no dejen mucho en el plato, al saber con antelación que lo que van a comer es de su agrado. Siempre que la calidad y la preparación sean las adecuadas, por supuesto. El almacenaje y la conservación de los alimentos también será más propicia, puesto que se manejan un menor número de ellos y además, tienen características de conservación y manejo similares.
- Mayor facilidad para franquiciar el negocio. Puesto que si un determinado restaurante monoproducto tiene éxito, será cuestión de tiempo que abra franquicias por doquier. Su especialización hará que sea mucho más sencillo transmitir con fidelidad su filosofía y su know-how entre sus posibles franquiciados.
- Mejor adecuación al delivery, take away y drive-thru. De la misma manera que la especialización en torno a un solo producto facilita el desarrollo de las operaciones del restaurante, ampliar el restaurante con estos modelos de negocio será una buena opción. Porque todo será más rápido, la productividad estará optimizada y las operaciones, como decíamos, favorecerán el hecho de que preparar un plato para delivery sea mucho más fácil que en un restaurante clásico.
Aspectos a tener en cuenta
- Cuidado con las oscilaciones de precios. Si optas por un producto muy de temporada tendrás que asegurarte un suministro continuo o un óptimo almacenamiento. Más aún si tu especialización y tu carta son bastante restringidas. Al tiempo que deberás tener cuidado con los cambios que los precios pueden sufrir en épocas de mayor escasez.
- Se te pedirá una mayor calidad. Montar un restaurante monoproducto conlleva ofrecer la máxima calidad y variedad posible en tus platos. Porque eso es precisamente lo que el cliente te exigirá: a mayor especialización, mayor calidad esperada. Hasta incluso un toque de tradición dentro de las probablemente escasas posibilidades del producto único.
- Y un menor precio. Porque aunque existan restaurantes de los de siempre que apuestan todo a una, el concepto de monoproducto es difícil disociarlo, al menos inconscientemente, de la fast food o de la fast casual food. Y a su vez, la idea de comida rápida lleva implícita la connotación del bajo precio. Exceptuaremos, claro está, a los locales de alta gama que apuestan por un producto gourmet y que de por sí lleva implícito el alto precio. Sea de una manera u otra, los clientes esperarán una variedad de precios más bien reducida y con una escasa amplitud entre los platos, como señalábamos anteriormente.
- Dificultad para cambiar la carta. Montar un restaurante monoproducto requiere de una gran dosis de creatividad. Porque la carta habrá que cambiarla. La frecuencia la decidirá cada uno según diversos factores. Pero lo que está claro es que si hay menos elección, más complicado será proponer nuevas ideas.
- Mayor riesgo de fracaso en entornos de baja población. En donde todo se juega a una sola carta. Puede salir muy bien o puede que salga tremendamente mal. Desde luego, antes de abrir un negocio de este tipo en entornos rurales es necesario contar con un buen plan de negocio y asegurarse de que existe unas circunstancias propicias en la zona elegida para montar el restaurante monoproducto.
- También deberás preocuparte de los alérgenos y disponer de productos alternativos. No nos referimos al elemento central de tu cocina (un cliente intolerante a la lactosa no irá a tu negocio si tu especialidad es el queso), pero sí al acompañamiento o las guarniciones.
- Deberás ofrecer experiencias completas. Siempre hay que ofrecer experiencias completas al cliente. Esta debe ser una máxima para todo aquel restaurador que se precie. Pero si además hablamos de un restaurante especializado en un solo producto, hay que poner aún más cariño en todo lo que hacemos. Sobre todo si esperamos y pretendemos que nuestros clientes sean fieles y recurrentes.
Conclusiones
Son muchos los beneficios que encontramos en este modelo de negocio gastronómico. Principalmente, porque las operaciones puedes llegar a optimizarse de un modo mucho más cómodo y rápido que en otro tipo de restaurante. Siempre y cuando se estudie convenientemente la viabilidad de esta nueva empresa y se tengan en cuenta factores tan fundamentales como la ubicación y el producto elegido, entre otros, el restaurante monoproducto puede ser todo un éxito.
Ya hemos comentado en numerosas ocasiones que no por más ofrecer los beneficios van a ser más notables. Al contrario, una carta con muchos platos vaticina fallos en casi todas las áreas. Eso sin contar la dudosa calidad de sus productos. Porque lo importante no es la cantidad sino, como siempre, la calidad y la excelencia en el servicio.