La formación en restaurantes es un tema clave que puede ser determinante en el desarrollo de las operaciones de un negocio gastronómico. Un aspecto al que, sin embargo, se le ha dado tradicionalmente (y se le da aún a día de hoy) una importancia mínima, así como una posición bastante mejorable en la lista de prioridades de la gestión de nuestra empresa del sector.
Es por ello que desde Manageat, tu equipo de expertos en gestión gastronómica, queremos incidir en la gran importancia y la imperiosa necesidad de implementar un programa de formación para restaurantes en tu negocio gastronómico, si de veras pretendes conseguir el éxito de tu empresa. Y no es que este factor de la formación sea el único, por supuesto que no. Pero sí que es decisivo para conseguirlo. Te contamos por qué.
Por qué es imprescindible la formación en un restaurante
Motiva y potencia la sensación de pertenencia a la empresa
En Manageat no somos expertos en psicología del trabajo ni nada que se le parezca. Pero que sí nos avalan largos años de experiencia trabajando en el sector, estando codo con codo con todos y cada uno de los departamentos, desvelando sus necesidades o los aspectos susceptibles de mejora… Por ello, podemos certificar que aquellos negocios gastronómicos en los que la formación tiene un papel notable cuentan con un personal altamente motivado y leal a su equipo y a su empresa. Por oposición, aquellos restaurantes en los que no se brinda ningún tipo de formación a sus trabajadores, la motivación suele brillar por su ausencia. A no ser que el salario sea muy generoso, algo no muy habitual en el sector.
La formación en restaurantes es, por tanto, la llave para conseguir afianzar la autoestima de nuestros empleados con respecto a su puesto de trabajo. Pero también es una manera de mantenerlos motivados, contentos, reconocidos y a gusto con lo que hacen. Circunstancia que siempre repercute positivamente en el devenir diario de cualquier empresa.
Mejora la atención al cliente
Como consecuencia directa de lo anterior. Y es que la formación en restaurantes incide directa e indirectamente en este aspecto. Indirectamente es tal y como acabamos de señalar. Es decir, si el empleado está feliz en su puesto de trabajo, su atención hacia el cliente será muy probablemente mejor. Puede que igual que si no estuviera tan contento. Pero lo que es seguro es que esa atención y servicio al cliente raramente sería peor.
Por otra parte, la formación para restaurantes repercute de manera directa en la atención al cliente porque, como es lógico, si el personal está bien formado, conocerá mejor su trabajo, sus responsabilidades, su producto. Y así se lo transmitirá al cliente.
Refuerza la buena imagen del restaurante
Porque dentro de la formación a los empleados de un restaurante o negocio gastronómico existen distintas áreas en las que se puede impartir conocimiento. No sólo en lo específico de cada rol, sus responsabilidades y sus funciones. Sino también en aspectos que repercuten muy directamente en la imagen de la empresa, como es la atención al cliente que venimos de mencionar, la gestión de quejas, los protocolos de respuesta a comunicaciones por diversos canales, la adecuada gestión de los recursos o la reducción del desperdicio de alimentos, entre otros. Todo ello, como decimos, refuerza, finalmente y de manera positiva, la imagen del negocio gastronómico.
Te diferencia de la competencia
Aunque no pueda parecer una consecuencia directa, sí que lo es. Puesto que tu servicio en general experimentará una mejora constatable. Porque tus empleados conocerán mejor el producto, porque estarán a gusto haciendo lo que hacen y lo transmitirán a tus clientes. Y porque la gestión del restaurante irá mucho mejor en términos generales. Un compendio de factores que harán que, a pesar de que vendas los mismos platos que tu competencia, los clientes te prefieran a ti.
Disminuye la rotación del personal
La rotación del personal es uno de los principales desafíos del sector de la hostelería y del turismo en general. Ofertas de trabajo temporales, junto con la escasa cualificación de la mano de obra (y sobre todo, su escasez), los bajos salarios y las condiciones poco atractivas referentes a horarios y demás, hacen que sean pocos los que deciden dedicarse a estos oficios.
De ese modo, la restauración, los bares, las cafeterías, etc., son lugar de paso para trabajadores inexpertos que, finalizada la temporada, vuelven a su vida normal y se olvidan por completo del mundo de la hostelería. Puede que por el suelo, puede que por las condiciones, pero también puede que sea por otras razones. Como, por ejemplo, no sentirse valorados o no terminar de conocer bien cómo se desarrolla su trabajo. Traduciendo, puede que otro motivo también sea la falta de formación. Y este alto nivel de rotación (no nos engañemos) le cuesta caro al restaurante.
Optimiza los recursos
Sí, la formación en restaurantes ayuda a optimizar todo tipo de recursos, principalmente porque consigue minimizar los errores. Se optimiza el tiempo de preparación de los platos y el tiempo de servicio a los clientes. Se reducen esfuerzos innecesarios, el consumo de energía e incluso el desperdicio de alimentos; un gran paso hacia la economía circular en el sector.
Porque la formación ayuda a definir, a aclarar las funciones y las responsabilidades de cada cual (incluyendo a los propios gestores), el protocolo a seguir en cada situación y la detección de errores en todos y cada uno de los diferentes procesos.
Aumenta la productividad
Como resultado de todo lo anterior, las repercusiones de la formación en restaurantes solo pueden traducirse en bondades. Si todo va mejor, el rendimiento y la productividad tenderán a mejorar. Y con ello lo harán, si contamos con una buena gestión, el rendimiento, la productividad, y por consiguiente, los beneficios de nuestro negocio gastronómico.
Es, en resumen, más que recomendable apostar por la formación en restaurantes, negocios gastronómicos y departamentos de A y B. No es la primera vez que te lo aconsejamos. ¿Necesitas inspiración;)?
