Disponer de una carta de restaurante correcta y profesional es un aspecto fundamental para todo aquel negocio gastronómico que se precie. Por eso, nuestro equipo de expertos en negocios gastronómicos te trae hoy algunas pautas para que descubras cómo crear una carta de restaurante óptima. Esperamos que te resulte interesante.
Dicen que la cara es el espejo del alma. Y es que a la carta del restaurante le ocurre lo mismo: es el reflejo de tus platos y de tu cocina. Es lo primero que ve tu cliente, aparte, por supuesto, del local; y eso si no vendes tu producto exclusivamente online. Por lo tanto, estarás de acuerdo con nosotros en que a la carta hay que darle la importancia que se merece. Así, para crear una carta de restaurante óptima, deberás tener en cuenta una serie de aspectos que podrían parecer obvios, pero que resultan primordiales.
Sobre el continente. Combina el formato tradicional con la carta digital.
Códigos QR
Quizá hace un par de años era impensable ofrecer únicamente una carta digital, pero los tiempos cambian y ahora más que nunca es imprescindible disponer de ello. Si no tienes web propia, no te preocupes. Hay cantidad de páginas web para crear tu código QR gratuito en un formato básico pero aceptable. Así que no pongas excusas para no ofrecer esta opción a tus clientes, quienes muy probablemente lo demandarán cada vez con mayor frecuencia.
Seguramente, el siguiente paso sea que el cliente pueda pedir directamente desde el QR y así el negocio podrá entender cómo es su demanda.
Carta tradicional
De todos modos, la carta en formato tradicional debe coexistir con la digital, ya que es un elemento tradicional que dice mucho de ti y de tu imagen de marca. Pero de eso hablaremos más adelante. La carta debe ser manejable, ni demasiado grande ni demasiado pequeña, con letra clara y agradable a la lectura. Ni que decir tiene que el material que utilices, sea el que sea, debe ser limpio. Esto puede sonar obvio, pero hay formatos que, por el color, la base, dan sensación de descuido. Por ejemplo, aquellos en los que se acierta a ver huellas dactilares, o antiguas manchas perennes, o picos doblados, esas pequeñas cosas tan inconscientemente poco agradables, ¿verdad?
Acerca del contenido. Crea una carta de restaurante estratégica.
Cuanto menos mejor
Y es que una carta tiene que tener el número de platos justos. Y aunque esto te pueda sonar raro, porque es que tu restaurante ofrece una gran variedad de platos, pues tienes que pararte a pensarlo. Crear una carta óptima conlleva no tardar más de dos o tres minutos en leerla completa. Si se tarda más, el cliente tendrá demasiadas opciones para elegir, y su indecisión puede llevarle a una elección que luego no le deje del todo satisfecho, porque «quizá debería haber pedido ese otro plato en lugar de éste».
Ya no es sólo por cuestiones de operatividad en el almacenamiento y en la cocina. Es más fácil y más rentable tener menos opciones en la carta, que tener que decirle a un cliente que se te ha acabado tal y tal plato. Y por supuesto, la presentación mejorará si la carta no está tan abarrotada. Esto no está reñido con ofrecer un par de tamaños de ración de los platos que lo permitan, algo que hará que el cliente gaste probablemente más pudiendo pedir varias medias raciones en lugar de menos platos de ración completa.
Por otra parte, las descripciones de los platos han de ser detalladas, pero evitando la rimbombancia y la excesiva floritura, que llevan al cliente casi hasta el punto de no saber qué va a comer.
Humaniza los platos
A colación de lo anterior, cabe destacar la importancia de la psicología a la hora de crear una carta de restaurante óptima. Nombra tus platos de manera cercana, familiar, o utilizando adjetivos locales o el lugar de procedencia de alguno de los ingredientes. Esta técnica reduce frialdad y aporta un extra de confianza en la calidad de tus platos. Desde el clásico «de la casa», a la parrillada de verduras «de nuestra huerta», pasando por el postre «de la abuela Julia», por poner algunos ejemplos.
Triángulo de oro en restauración
Resalta aquello que quieres vender y colócalo en el lugar adecuado de tu carta. ¿Has oído hablar del Triángulo de Oro? Aplicado a la restauración, nos dice los tres puntos en los que el cliente fija su mirada frente a la carta, quedando esa zona de máxima atención encuadrada dentro de un imaginario triángulo. Pues ahí, en ese amplio escaleno con ángulo recto en el extremo superior izquierdo es donde tienes que colocar lo que más desees vender.
Asimismo, es muy importante organizar bien las distintas secciones de una carta. El lugar, como comentábamos más arriba, juega un papel considerable.
Cuida la presentación de las imágenes de los platos
No os que seamos muy partidarios de incluir fotos en la carta (sobre todo la física) de un restaurante, pero si lo haces, que sean buenas fotos. Parece un enunciado simple, pero es muy importante. La presentación de tus platos en esas imágenes ha de ser impecable. Recuerda que una imagen vale mil palabras.
Crea una carta óptima incluyendo información alimentaria
El cliente actual cada vez está más ávido de información. Ciertamente estamos sobreinformados, pero para contrastar, aún queremos más. Cuanto más sepamos sobre los platos y sus ingredientes, pues mejor. Y cómo no, incluye todo lo que puedas sobre alérgenos, o al menos sobre los que es obligatorio informar.
Otros aspectos fundamentales.
Diseña tu estrategia de precios
Los precios, ese maravilloso mundo al que cualquier restaurador, emprendedor o todo aquel que dirija un negocio gastronómico debería prestar especial atención. Todo negocio de gastronomía debería tener una estrategia de precios base, y sus correspondientes técnicas de precios. Y es que la estrategia de precios es algo que siempre deberíamos tener en mente. No sólo se trata de poner los precios según el coste de plato, sino además entender el porqué un cliente está dispuesto a pagar más por algo, o menos. Se trata de equilibrar la oferta con la demanda, y para eso hay metodologías de trabajo, que sabemos cómo aplicar y que bien implementadas son efectivas en muchos tipos de negocios gastronómicos.
Técnicas de precios
Sólo es necesario fijarnos en cualquier tipo de negocio para observar que muchos aplican técnicas de precios modificándolos al alza o a la baja, según la demanda de producto que tengan. Estas técnicas también pueden aplicarse al sector gastronómico, modificando el precio según los días, franjas horarias, como los precios dinámicos, o incluso pasando a un precios personalizados y según comportamiento y necesidades de nuestros clientes. Algunas de estas técnicas de precios son los precios encanto, los precios basados en el valor que recibe el cliente, los precios comparativos, etc.
Pon precios justos y verdaderos
Crear una carta de restaurante óptima conlleva que los precios vayan acorde con todo lo demás. Primero, han de ser precios finales con impuestos o cualquier eventual recargo incluidos. El cliente no debe llevarse ninguna sorpresa inesperada al final. Imagina que por unos pocos euros inesperados en la cuenta, a ese cliente que te había felicitado por lo exquisito que estaba el asado hacía tan sólo unos instantes, le ha cambiado el gesto drásticamente. Y en estas cosas, pesa más lo bueno que lo malo, y así salen algunos reviews. Así que, sé honesto con los precios, hasta con los del pan o el aperitivo inicial. Y si ofreces algún plato fuera de carta, da siempre precio y detalles antes de sacar la comanda. ¿Oído cocina?
Mantén la carta siempre actualizada
Si modificas algún plato, cambias precios, añades o quitas algún vino, ten esa información siempre al día tanto en la carta física como en la digital. Evitarás malentendidos innecesarios.
Tómate en serio las traducciones
Existen algunos ejemplares de cartas que son para museo. Y es que las traducciones que incluyen son para pasarse un buen rato de risa, sí, pero obviamente también dan muy mala imagen. No vamos a daros ningún ejemplo porque sabéis de sobra de lo que estamos hablando. Es preferible que no traduzcas tu carta, a que te fíes de cualquier traducción macarrónica, publicable en cualquier hilo de Twitter.