Según la OMT, el turismo gastronómico es aquel que está directamente relacionado con la gastronomía de un lugar o sus costumbres culinarias. Es decir, aquel tipo de turismo en el que el viajero durante su viaje disfruta de experiencias gastronómicas o culinarias de la zona que visita. A esto, añade la definición, hay que sumarle otras vivencias como son, por ejemplo, la asistencia a ferias de gastronomía o cursos de cocina. También cita explícitamente el enoturismo como subtipo de éste. Dejamos aquí la definición completa.
Sin embargo, y aunque la definición anterior deja bastante abierto el espectro de lo que es el turismo de gastronomía, a nosotros se nos antoja un poco difusa. Y es que si nos ceñimos a la primera parte, todo turismo sería de tipo gastronómico, ya que todos necesitamos comer cuando salimos de vacaciones. Está bien que se puntualice que la experiencia ha de ser “auténtica”, “tradicional” e “innovadora”, pero aún así, creemos que este tipo de turismo gastronómico es mucho más que todo esto.
Hoy en Manageat, tus expertos en todo lo relacionado con el mundo de la gastronomía, te contamos todo lo que abarca el turismo de gastronomía y lo emocionante que pueden llegar a ser las experiencias que ofrece. Esperamos que te guste.
El turismo gastronómico es el gusto por conocer otras tradiciones y costumbres culinarias
El turismo gastronómico está aflorando con fuerza y tomando forma en los últimos años. Hasta no hace mucho, el adjetivo “gastronómico” no era razón suficiente para motivar esos movimientos de ocio propiciados por el placer de viajar que definen el turismo. Sin embargo, a día de hoy ya se puede afirmar que la gastronomía de una región es razón suficiente para atraer turistas al lugar. Por descontado que la comida típica o local y la cocina de “la abuela” es reclamo indudable en los restaurantes de zonas turísticas, aunque no constituyan por sí solos motivos para el viaje. Pero sí que lo son esas tradiciones, hábitos y platos característicos de un destino. Pensemos en las veces que hemos podido viajar a la Comunidad Valenciana para comernos una auténtica paella o a Galicia a degustar un exquisito pulpo a feira.
Es la búsqueda de nuevos sabores e ingredientes
Otra de las motivaciones que busca el “foodie” o comidista es el placer de descubrir nuevos ingredientes o sabores. Para nosotros europeos, viajar a países en lontananza como China, en donde ambos ingredientes y sabores distan mucho de los de nuestro continente, la gastronomía puede constituir todo un motivo de viaje para el turista. Por supuesto, lo mismo ocurre con muchas más regiones, cuanto más si son poco conocidas. Pero también se da este fenómeno a nivel nacional, sobre todo en el caso de chefs que gustan de experimentar, como es el caso de El Chef del Mar y sus embutidos marinos o su versátil plancton.
Descubrir restaurantes destacados
Es indudable que distintivos como la Estrella Michelín son de reconocida aceptación mundial, al mismo tiempo que un motor impulsor del turismo gastronómico en las medias y altas esferas. Al no existir una concordia en la categorización de bares y restaurantes, como si la hay por ejemplo en los hoteles con sus estrellas internacionalmente utilizadas, una distinción como la antes mencionada es, sin lugar a dudas, un motivo más que suficiente para visitar un destino. Francia es, en este particular, un ejemplo de destino gastronómico por antonomasia, tanto por sus destacados chefs y restaurantes como por sus caldos mundialmente aclamados. Comer en un restaurante con estrella es garantía de satisfacer el hambre de nuevas sensaciones y las ganas de probar algo innovador.
“Kitchensurfing” o la comida compartida
Otro tipo de turismo gastronómico, el más bohemio y colaborativo, es este kitchensurfing. Avisamos de que el término ha sido acuñado por nosotros en base al extendido Couchsurfing, red social que conecta a viajeros que comparten sofá, habitación, comida o conocimientos sobre su destino con otros viajeros. El turismo del kitchensurfing es, como decíamos, el propio de aquellos que persiguen experiencias realmente auténticas, ofrecidas por gente local y que se resumen en comer de aquello que se cocina en la casa del anfitrión. Ya existen plataformas como Eatwith que, siguiendo el concepto de economía colaborativa, fomentan este tipo de turismo basado en la gastronomía colaborativa.
Probar comida directamente de los productores locales
El turismo que nos atañe tiene también su vertiente eco. El hecho de probar alimentos que provienen directamente de productores locales es otro de los atractivos más de moda entre los amantes de la gastronomía. El concepto de kilómetro cero se define, en estos tiempos tan concienciados con el cuidado del medioambiente, como una opción muy atractiva para hacer turismo. Buena parte de los negocios gastronómicos han tomado nota y han modificado su oferta incluyendo producto local y de temporada. Algo que, bien gestionado, engancha al turista comprometido.
Disfrutar de ferias gastronómicas
Las ferias de gastronomía cada vez son más aceptadas y reconocidas en medio mundo. El volumen de turistas que puede llegar a movilizar este tipo de eventos es de una importancia reseñable. De hecho, estas ferias suele ser un indicador de las novedades y la tendencia innovadora del sector, por lo que los turistas que atrae suelen acudir desde cualquier rincón del mundo. En España la más conocida es la San Sebastián Gastronómika pero cada año se celebran muchas más por todo el territorio nacional.
Recibir clases de cocina
Debido en gran parte al éxito de shows televisivos y al hambre que han despertado estos realities en el apetito de los viajeros más gourmands. Hemos encontrado algunos ejemplos de escuelas famosas de hostelería que ofrecen este tipo de cursos para turistas por todo el mundo. Aquí está el artículo completo, por si te interesa profundizar en el tema. El turismo gastronómico está de moda y esta variante también. Por la razón que acabamos de dar y por otra más. Y es que el ajetreo y la rutina de las vidas de hoy impide esa cultura cocinera de nuestras generaciones precedentes. Apenas nos queda tiempo para comer, aún menos para cocinar. La labor que antes era un quehacer más de los hogares, hoy es un placer que mueve a una buena parte de turistas inquietos por aprender a prepararse sus propios platos, como si de un premio se tratara.
El maravilloso mundo del enoturismo
Quizá el más conocido de los subtipos de turismo de gastronomía. El mundo del vino lleva años movilizando a profesionales especializados y a otros no tanto. Viajeros curiosos por conocer el devenir, el funcionamiento y el trasfondo de esta industria acuden también a ferias especializadas, visitan bodegas y viñedos, realizan catas y cursos relacionados con la enología. Sin duda, el vino es uno de los motores del turismo gastronómico y un buen modelo en el que fijarse a la hora de potenciar las bondades de nuestra gastronomía.
Para terminar, te ofrecemos este interesante artículo de Hosteltur en el que resume un informe estadístico sobre lo que supone el turismo gastronómico en nuestro país. Mucho más de lo que creemos, el turismo gastronómico está de moda. ¡Vívelo!