El principal problema de los horarios de hostelería en España radica en dos conceptos clave: tradición y formación. Conceptos de los que emanará después otra hilera de inconvenientes, obstáculos y molestias que convierten al sector en uno de los menos atractivos de cara al profesional demandante de empleo. Aunque entre todos, y poco a poco, esa percepción está comenzando a cambiar.
Hoy en Manageat, tu equipo de profesionales en la gestión gastronómica, profundizamos en el eterno asunto de los (mejorables) horarios de hostelería en España.
La tradición de echar horas
La tradición, bien arraigada y en nuestros días aún muy vigente, ha marcado como totalmente normal y aceptable esas “medias” jornadas interminables y los mínimos días de descanso. Por razones tan poco académicas como dicha tradición (los convenios laborales también tienen su parte de responsabilidad), parece que los horarios de hostelería no avanzan al mismo paso que en otros gremios. Ni hablar entonces de las 37 horas y media semanales que nos equipararían a Europa y constituirían un avance para nuestra calidad de vida. Horarios, quizá, para un pequeño porcentaje de privilegiados. Por el momento…
La falta de formación
Como decíamos, la formación en hostelería es otro de los elementos decisivos que han determinado el futuro (es decir, nuestro presente) de los horarios de la hostelería en nuestro país. Siendo precisos, más que la formación deberíamos hablar de la falta de ella. Y es que de nuevo la costumbre y la tradición han hecho que trabajos relacionados con la hostelería hayan sido llevados a cabo, desde el boom turístico en España, por una buena parte de empleados no cualificados.
Montar un bar, abrir un restaurante o una cafetería era hace pocos años una oportunidad de negocio en donde la mano de obra se formaba sobre la marcha y a fuerza de comandas y paseos con la bandeja. Muchos de nosotros habremos hecho nuestros pinitos como camareros, pinches, ayudantes de recepción, etc. Normalmente, sin que nadie nos haya demandado una formación específica en el puesto a ocupar. Pues bien, esa ausencia o escasez de reconocimiento de la profesionalidad necesaria para desempeñar estos trabajos ha influido fuertemente en la cotización (en cuanto a salarios y en cuanto a horarios) del mundo laboral de la hostelería.
Problemas de los horarios de hostelería en nuestro país
A estos dos factores podríamos añadirles algunos más, tales como la escasez de personal o la propia estacionalidad del turismo y la hostelería. De este modo, los problemas de los horarios en hostelería se traducirían en los siguientes puntos:
Jornadas interminables
Porque en hostelería sabemos exactamente cuándo entra un cliente pero no tanto cuándo se va. Los servicios de comidas, por ejemplo, se pueden alargar y unirse con los de las cenas. Si estamos ante un negocio familiar (nuestro tejido empresarial está formado por buena parte de micropymes y autónomos), se presenta difícil que los propietarios puedan respetar esas 8 horas diarias 40 semanales. Lo habitual es que no sea así. Y sus empleados, si los tuvieran, tampoco “pueden” irse dejando el servicio a medias.
Sin festivos ni fines de semana
Y con vacaciones fuera de temporada. Aquel que entra en turismo y sus derivados sabe que los horarios de hostelería van a incluir todos esos días en los que no trabaja la gran mayoría. Fines de semana, festivos, puentes, etc., son por definición, los momentos en los que suelen subir las ventas.
Descansos mínimos
También por tradición, los descansos en los negocios de hostelería ofrecían descansos semanales de un día en temporada alta. Afortunadamente cada vez son menos. Además, los días solían ser siempre entre semana.
Falta de conciliación
Otro de los problemas de los horarios de hostelería es, sin duda, la falta de conciliación. Aquellos trabajadores del sector que tengan hijos, por ejemplo, necesitarán cuadrar sus horarios con sus cónyuges o con los abuelos. O contratar a alguien. Pero claro, a menudo el salario no suele compensar para tomar este camino. Lo que puede desembocar en un abandono del puesto.
Escasez de mano de obra
El hecho de no encontrar personal en nuestros bares, hoteles, restaurantes, cafeterías, hace que los horarios de los que sí trabajan ya en hostelería se dilaten. Simple y llanamente porque hay menos personas para realizar el mismo trabajo.
Clientes poco concienciados
Comprensible, por un lado, porque cuando uno sale a disfrutar de su tiempo de ocio no suele tener prisa. Pero al otro lado está el equipo que les atiende. Y cuya jornada no termina cuando dicho cliente se va, ya que después quedan una serie de tareas (recogida, preparación, etc.) imprescindibles para el servicio del día siguiente.
Posibles soluciones
Mejorar la previsión de ventas
Los horarios de los empleados de hostelería podrían verse sustancialmente mejorados si la previsión de ventas fuese lo más acertada posible. Existen muchos softwares que pueden ayudarnos con nuestros datos, nuestros históricos, y en general con la información de nuestro negocio, para conseguir prever con más acierto las futuras reservas. Algo que será óptimo no sólo para cuadrar mucho mejor los cuadrantes del equipo, sino también para el rendimiento y las ventas del negocio.
Profesionalización
Uno de los problemas más acuciantes del sector. La urgente necesidad de profesionalización es una realidad. Aunque bien es cierto que cada vez son más los que optan por formarse en escuelas de turismo y hostelería. Una mayor cantera de profesionales hará que aumente la calidad de los servicios pero también las condiciones laborales de los trabajadores, incluidos los horarios de hostelería.
Mejorar la imagen del sector
Al hilo de lo anterior, sería buena idea tratar de cuidar la imagen de los negocios de hostelería. Dando ejemplo, por ejemplo, con descansos alternos en fin de semana, jornadas más reducidas o intensivas en lugar de partidas, complementos salariales, etc. Es un trabajo a largo plazo que requiere de tiempo, tesón y cierta educación social.
Optimización del tiempo
Otro de los factores menos visibles pero también influyente en los horarios de hostelería es la gestión del tiempo. Unos tiempos adecuados no sólo mejoran la experiencia del cliente, sino que también ayudan a los empleados a utilizar mejor su tiempo, dar un servicio más de calidad y, seguramente, a terminar antes su trabajo.