Seamos o no amantes de la buena mesa, a todos nos encanta salir a disfrutar de una buena comida en un bonito lugar y con unos productos de calidad. Pero, ¿qué ocurre si, a pesar de que nuestro negocio cuenta con todo esto, el menú no termina de convencer a los clientes?
Pues quizá lo más probable es que este aspecto que puede parecer tan trivial desemboque en una pérdida progresiva de adeptos. Una señal de alarma que debe ser muy tenida en cuenta y hacer que nos pongamos manos a la obra con la revisión del diseño del menú del restaurante.
En Manageat somos conscientes de la importancia de este factor. Y por eso dedicamos este artículo a analizar cuáles son esos errores que pueden dar al traste con la propuesta gastronómica de un local.
Qué puede fallar en el diseño del menú del restaurante
Falta de coherencia
Independientemente del estilo de cada negocio, siempre debe haber una correlación entre la temática y el diseño del menú del restaurante en cuestión. Nadie se espera un plato gourmet en un restaurante de comida rápida, por ejemplo. Y aunque parezca un asunto menor, esta coherencia demuestra un compromiso por parte de la gestión del restaurante.
Así, sería conveniente evitar un error habitual en hostelería. Y es el de ofrecer una propuesta que nada tiene que ver con la que espera el cliente, la de las expectativas que le hemos creado en un primer contacto.
Cartas demasiado largas
El problema no está precisamente en la longitud de la carta, que también. Sino más bien en lo que eso dice de nuestro negocio gastronómico. Si somos un restaurante de quinta gama y el cliente es consciente de ello, no hay por qué preocuparse. Pero si nuestro objetivo es el de ofrecer comida casera cocinada en nuestros fogones, debemos plantearnos revisar el diseño del menú del restaurante. Demasiadas propuestas en tu menú nos hablan de comida precocinada, productos congelados y sabores estándar.
Por otro lado, una carta con demasiados platos no deja de ser casi una utopía, que en un primer momento quizá pueda atraer a algunos tipos de clientes, pero que en realidad lo que suele conseguir es confundirle a la hora de hacer su elección.
Menú no actualizado
Nos referimos a platos de los que nunca queda en cocina cuando vamos a cenar. O aquellos que aparecen en el menú de la web pero no en la carta física del restaurante. Vinos que no están a la temperatura adecuada, o postres caseros que a última hora no lo son tanto.
Entendemos que si tu cocina se basa en los alimentos de temporada, es posible que eventualmente puedas tener algún problema de abastecimiento y que no puedas actualizar tu carta en todo momento. Sin embargo, en la actualidad la digitalización sí que nos permite que todo esté al día. Y en cuanto a las cartas físicas de toda la vida, antes que tachar o poner una nota a mano, mejor asegurarse de que nuestro personal de sala informa desde el primer minuto al cliente de cualquier tipo de cambio en el menú.
Falta de flexibilidad
Las intolerancias alimentarias están a la orden del día. Por ello cualquier menú que se precie debe ofrecer alternativas según las necesidades específicas de los comensales.
Cuando no existe esta flexibilidad, lo más probable es que la fidelidad de algunos clientes devenga en un verdadero problema. Simplemente, porque lo que para un propietario de un negocio puede parecer algo sin relevancia, la competencia lo verá como una oportunidad. Atraer a aquellos que tienen algún tipo de intolerancia a la hora de comer no deja de ser una estrategia de ventas.
La escasa importancia del menú infantil
El pollo empanado y la pasta con tomate son los reyes en los menús infantiles. Pero esto es algo que ya debería comenzar a cambiar. Cada vez son más los adeptos a la comida saludable dentro y fuera de sus hogares. El hecho de que los niños no sean nuestros clientes principales no quiere decir que los padres no vayan a apreciar lo que se les ofrece para comer.
Un poco de imaginación es suficiente para elaborar un menú perfecto para los pequeños. Y también puede convertirse en una forma de diferenciación de tu restaurante.
Correlación entre precio y raciones
El diseño del menú del restaurante también pasa por el establecimiento del precio. No corren buenos momentos en lo que respecta a la economía. Y las subidas de precios están siendo cada vez más constantes. Una práctica alternativa surgida sobre todo en el food retail es la del arte de la reduflación, algo que no debería llegar a nuestros restaurantes.
Porque si un cliente percibe que su porción no está en consonancia con lo que va a pagar, o que ha cambiado con respecto a lo que se le servía ayer, será incluso peor que si le hubiéramos subido el precio, ya que al menos así no se sentirá engañado.
Complicaciones excesivas
Debemos tener muy claro el tipo de público que deseamos atraer y el estilo y la filosofía de nuestro negocio gastronómico. Los menús complicados, de nombres interminables e incomprensibles, no siempre son la opción más acertada.
Lo que el cliente desea son buenos productos, platos sabrosos y bien elaborados, y, en fin, una experiencia grata que les anime a seguir visitándonos. En muchas ocasiones, la sencillez es la mejor propuesta a la hora de asegurarse el éxito.
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En resumen, si necesitas mejorar el diseño del menú de tu restaurante no te olvides de que existen estrategias muy efectivas como el menu design y profesionales como los que formamos Manageat dispuestos a solucionar todas tus necesidades. Contacta con nosotros.